domingo, 22 de mayo de 2011

La Crisis es obra de todos.

Empecemos diciendo que yo no soy banquero; fui bancario, es decir, empleado de banca.
Pero siempre he intentado ser ecuánime en mis juicios y ello supone no tener prejuicios. En el sentido de no generar opiniones sin base ni fundamento.
El otro día me sorprendí al ver en la trasera de un coche de lujo un cartel que rezaba: “La crisis que la paguen los banqueros, que son los que la han creado”.
Pero no es el único al que he oído decir algo parecido. ¿De donde sale esta idea? ¿Cómo ha podido asentarse y engordar en buena parte de la opinión pública?
Hemos vivido una época en la que cada día era 6 de enero. Abríamos la boca pidiendo y se nos concedía crecido y aumentado. Pero los Reyes Magos tienen que pagar lo regalado.
La banca no es una fábrica de dinero, tan solo reparte el dinero de los demás.
Los demás no son solo sus clientes. La mayor parte de las veces son otros bancos que prestan el dinero de sus clientes a otros bancos.
Entregamos nuestros ahorros a las entidades financieras (a cambio de unos intereses, de cierto grado de seguridad o de comodidad) y la banca lo presta a quien lo necesita y ofrece garantías de devolverlo.
No creo que nadie esté dispuesto a perder lo que deposita en los bancos si estos lo prestan sin dichas garantías y no lo recobran.
De tal forma que el principal problema de las entidades bancarias es pagar lo que deben a sus clientes y a otros bancos. Porque si dejan de pagar se cierra el grifo para todo el mundo. Y en esas estamos.
Todos somos banqueros.
La crisis sobreviene porque hemos confundido valor y precio. Hemos comprado bienes cuyo valor es inferior a lo que nos han costado. Cuando las aguas han vuelto a su cauce nos encontramos que lo que hemos comprado vale menos de lo que pagamos e incluso menos de lo que aún debemos. Y queremos dejar de pagar y como mal menor entregar el bien. Entonces, ¿quién asume la pérdida de valor? Al final, nosotros mismos.
Por otra parte, no podemos confundir la crisis financiera con la prestación de servicios. Todos hemos de pagar por lo que recibimos. Los bancos prestan servicios por los que cobran: domiciliaciones, venta de seguros, cambio de moneda, tarjetas de crédito, etc. Y proporcionan trabajo, miles de puestos de trabajo.
Y como empresas tienen que generar beneficios.
Asustan las cifras de beneficios publicadas. Pero van a parar a inversiones que a su vez generan más puestos de trabajo y algo que se reparte entre los accionistas o se destina a obras sociales como en el caso de las cajas.
Te todo lo dicho se desprende que nuestro afán por tener nos ha hecho vivir por encima de lo posible. Hemos mirado solo el momento presente sin pararnos a otear como se presentaba el futuro. Y llegó torcido y nos ha pillado a todos. Equivocamos nuestras necesidades y vendimos como Esaú nuestra primogenitura por un plato de lentejas, y ahora nos toca llorar.
Hagamos autocrítica y no le echemos la culpa al vecino; por muy grande y fuerte que sea. Informémonos de como funciona el sistema y después comprendámoslo. Evitará pertenecer al grupo de corifeos y demagogos que opinan sin saber, porque hacerlo está de moda y queda bien. Es mejor estar callado que demostrar ignorancia cuando hablamos.
Se que todo lo expuesto rechina. Y a muchos les producirá quemazón. Pero es lo que pienso y en lo que creo. Lo asumo con todas las consecuencias.

Miguel Ángel Sierra Ibañez. (Economista)
mas1951@movistar.es

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