domingo, 22 de mayo de 2011

Generando confianza

Los telediarios, los periódicos, las tertulias tienen como telón de fondo el mismo mensaje: “Hay que generar confianza”.
Es de todos conocido que el principal enemigo de cualquier mercado, incluyendo los financieros, es el miedo. Y el miedo es hijo de la incertidumbre y nieto de la falta de conocimiento.
La actual crisis financiera global y las medidas adoptadas en nuestro entorno económico se mezclan con rumores: criterios de solvencia de entidades financieras, diferenciales de Deuda Pública entre países próximos, calificaciones de ratings, situaciones de falta de liquidez …
Como inversores no podemos dejarnos arrastrar por tantas opiniones de profanos ni por la desconfianza en nuestros gestores.
En España, los requerimientos de capital establecidos de acuerdo con Basilea III obligan a un reforzamiento de las entidades financieras (que afecta principalmente a las Cajas de Ahorro), precisamente en aras de conseguir niveles de solvencia suficientes que garanticen la estabilidad y seguridad de nuestros ahorros.  .
Para conseguir esos niveles exigidos, existen básicamente tres modelos: Fusiones tradicionales, fusiones por absorción y SIP (Sistema Institucional de Protección), conocidas como fusiones frías.
En el primer caso se trata de la creación de una nueva sociedad en la que participan dos o más cajas, contando la nueva caja con entidad jurídica propia.
Las fusiones por absorción consisten en  la compra e integración, por parte de entidades grandes, de entidades pequeñas con problemas de viabilidad. En estos casos, la gestión de la caja absorbida pasa a manos de la caja  mayor.
Por último, un SIP implica la agrupación de varias cajas en torno a una entidad central a quien se encomienda la gestión global. Con este tipo de unión, cada caja mantiene su personalidad jurídica, su actividad comercial, su identidad corporativa o sus órganos de gobierno. Este tipo de fusión implica crear un banco.
El objetivo de los tres modelos es capitalizar las entidades, ahora muy sometidas a la inversión inmobiliaria y sus riesgos.
En principio, la reconversión de las cajas en bancos y sus inminentes salidas a Bolsa no afectarán de ningún modo a los productos contratados por los usuarios.
Pero para tranquilizar a los inversores debe saber que con las fusiones entre cajas:
  • En general, nuestros depósitos están garantizados por los Fondos de Garantía de Depósito hasta 100.000 euros por titular y entidad.
  • No suponen cambios en las condiciones de los productos contratados. Las nuevas suscripciones sí pueden tener condiciones de liquidez, plazo e intereses diferentes.
  • En términos de comodidad, el cierre de sucursales obliga a  la entidad a encargarse de todas las gestiones para trasladar las cuentas y de informar al cliente sobre la sucursal donde le atenderán (cambios de  numeración, operativa interna, redirección de pagos y domiciliaciones que hubiera en la cuenta antigua, sistema de pago al que están adheridas las tarjetas...
  • En lo que se refiere a planes de pensiones, seguros y fondos de inversión no se verán afectados por ningún cambio, sea cual sea el tipo de fusión que se haya realizado.
  • Las comisiones pueden verse alteradas, que si bien en algunos casos se reducirán, la tendencia general es que se incrementarán las comisiones por servicios básicos, a fin de mejorar la cuenta de resultados.
Las entidades financieras, lo que menos desean es hacernos perder nuestros ahorros.
La forma de abandonar la máquina de los miedos, es el conocimiento.
Conocimiento de la situación actual de nuestro sector financiero y su futuro más próximo, de los productos que existen a disposición de los ahorradores, de las garantías que nuestro ordenamiento jurídico establece a favor de los mismos.
La formación nos ha de convencer, como inversores, de qué instrumentos se nos ofrecen, para disipar dudas, objeciones y miedos.
Antes de nada, debe saber que la rentabilidad obtenida dependerá del riesgo de su inversión.
Fije primero hasta donde está usted dispuesto a arriesgar; después cual es la finalidad de su inversión: compra de vivienda, estudios de los hijos, jubilación, etc.
Los gestores comerciales bancarios están en disposición de asesorarle sobre como conservar y hacer crecer sus ahorros.
Pero los milagros son poco frecuentes. Y si alguien se los ofrece, desconfíe. (Seguro que no vendrán de bancos, ni de cajas de ahorro)
Como reflexión, ante todo lo anteriormente expuesto, hágase las siguientes reflexiones:
¿Está convencido de la bondad de los sistemas de protección del inversor con que su entidad cuenta y pone en práctica?
¿Alguna vez ha planteado objeciones, por falta de argumentos y conocimiento?
En algún momento, como usuario de los servicios de banca, ¿ha sido su actitud desconfiada con el sistema y sobre los costes y falta de seguridad de las entidades financieras?
Plantee sus dudas al profesional con el que normalmente trata y encontrará respuestas adecuadas.
Miguel Angel Sierra Ibañez
mas1951@movistar.es

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